No solo veremos cuál es el procedimiento técnico a la hora de realizar estas míticas figuras, sino que indagaremos un poco en la historia de la ceroplástica, nombre que recibe el arte de modelar la cera. También os contaremos qué desencadenó la idea de crear el famoso Museo de Cera de Madrid, así como algunas de sus anécdotas más divertidas.
Las primeras figuras de cera.
Para ver nacer las primeras figuras de cera tenemos que remontarnos a la época de los romanos. Estamos hablando de la tradición de las máscaras mortuorias. Era habitual que los patricios romanos se encargaran un busto de sí mismos que perdurara en el tiempo una vez ellos hubieran abandonado este mundo. Con el paso del tiempo esta costumbre se mantuvo y en la Edad Media eran las clases más adineradas quienes empezaron a acumular réplicas de los rostros de los fallecidos. Siglos después, y durante la Revolución Francesa, la artista Marie Tussaud perfeccionó el modelado de cera y asombró al mundo con sus impresionantes retratos de personajes ilustres franceses, algunos de ellos guillotinados.
Con el paso del tiempo comenzaron a darse nuevos usos a las figuras de cera. Y el mundo del cine se dio cuenta del gran potencial que tenían. Antes de que llegara la silicona, la cera se usaba para recrear los daños que sufrían los personajes en diferentes escenas o para recrear dobles de los actores. Y fue precisamente esto lo que impulsó la creación del Museo de Cera de Madrid. En un rodaje cinematográfico uno de los fundadores se dio cuenta de que podía crear “dobles” de personalidades famosas y usar a los trabajadores del cine para ello.
El proceso de creación.
Antes de desvelaros los secretos del museo, tenéis que saber que la creación de las figuras de cera es un proceso totalmente artesanal. La realización de una figura tarda un tiempo aproximado de 6 meses, aunque puede ampliarse en el caso de que la figura tenga ciertas peculiaridades que la hagan más difícil. Este trabajo se realiza tanto en los propios talleres del museo como en los de los escultores que colaboran con el mismo.
El primer paso a la hora de realizar una figura de cera es tomarle las medidas al personaje. En el caso de que la persona en cuestión no pueda desplazarse hasta las instalaciones del museo, se puede realizar con fotos tomadas desde diferentes ángulos.
Una vez hecho esto, se escoge la pose que más define al personaje; cantando en el caso de los músicos, escribiendo los literatos o celebrando una victoria los deportistas. Además de las medidas, el escultor se asegura de captar correctamente el color de los ojos y los dientes. Es un proceso aparentemente muy sencillo pero de una gran complicación. El artista compara todas las posibles muestras del color de estas partes del cuerpo hasta encontrar las más fidedignas. Los ojos y los dientes son elementos fundamentales a la hora de recrear el rostro de un personaje, puesto que les aportan mucho realismo a la figura.
El siguiente paso es la realización de un busto en barro. En el moldeado de este barro hay que tener en cuenta las propiedades de la cera en la que tendremos el resultado final. La cera es un material que tiende a encogerse y retraerse cuando la volcamos en el molde final. Nuestros escultores realizan el busto de barro con esta peculiaridad presente. A partir de esta pieza se crea un molde de silicona sobre el que vertemos la cera caliente.
La cera se vierte en capas dado que se solidifica muy rápido y hay que asegurarse que llegue a las partes exteriores y luego ir rellenando poco a poco. Las cabezas no serán macizas en ningún caso, pues esto impediría que se pudiera trabajar con ellas a posteriori. Es en este momento en el que se esculpen las huellas de los ojos y dientes para su incorporación posterior.
Una vez tenemos el busto de cera se perfilan los detalles que harán la figura de cera idéntica al personaje. La cera es un material maleable, no tan fácil de trabajar como el barro, pero que el escultor trabaja al calentarla, quitándosela y añadiéndola al busto. Teniendo el rostro terminado, se empieza a pintar la figura con óleo y se añaden los ojos y la dientes. Nuestros pintores trabajan para darle mayor realismo y textura al rostro de las figuras. Los ojos pueden retirarse o moverse buscando reproducir los gestos más característicos del personaje.
Ya solo quedaría por añadir los elementos visibles de la figura, tales como manos y otras partes notables de la escultura. Para el resto del cuerpo se utiliza un maniquí, buscando que sean más ligeros y fáciles de mover. Este maniquí también se hará respetando las medidas del personaje.
Anécdotas de famosos y últimos detalles.
De entre los muchos artistas que han pasado por el Museo de Cera de Madrid para dejar un doble que quedará para la posteridad, algunos han dejado también alguna que otra anécdota divertida. Empezamos por la mítica presentadora de televisión Cristina Pedroche que tanta expectación crea cada Noche Vieja. Y es que su figura de cera tenía que ser tan original como ella, siendo de las pocas figuras que tiene casi todo su cuerpo hecha de cera debido a que la mayoría del mismo queda expuesto al lucir su conocido traje de flores rosas. Y para cuerpos memorables, el del archiconocido actor Dwayne Johnson “La Roca” también es una excepción a la regla. Tanto sus brazos como su torso se realizaron a la vez que su rostro, ya que el físico del actor es tan importante como su cabeza.
Para terminar decir que el escenario de las figuras del Museo de Cera son un elemento fundamental. Y es que el entorno en el que se sitúa el personaje aporta realismo y veracidad. Estos están realizados por escenógrafos de manera artesanal y aún se conservan algunos originales del decorador de escenografía Enrique Alarcón.